«Necesitaba entender a mi hijo para poder ayudarlo»

Sonia Herrero recuerda perfectamente el día que Darío, su hijo, tuvo el primer episodio psicótico, con 19 años. «Llevaba días raro, pero no supe ver que le estaba pasando algo que iba más allá de la adolescencia. Hasta que un 4 de enero de hace dos años, de madrugada, me desperté y lo vi en el balcón hablando en voz alta con personas inexistentes, fumando y bebiendo». Esta escena la trasladó a muchas otras que había vivido con su hermano, «que tiene esquizofrenia desde hace más de treinta años».
Sus síntomas fueron empeorando durante los días siguientes, con agitación, sin dormir, con actitudes desafiantes y fuera de lo común, hasta que llegó el ingreso.
Culpabilidad, miedo y aceptación
«Cuando un trastorno tan intenso llega a una familia, es imposible que las relaciones no se vean afectadas, porque esa persona que tú conocías, tal y como tú la conocías, ya no está», asegura Sonia, que califica su experiencia como madre de «viajazo»: desde el miedo y el impacto emocional, hasta la búsqueda de ayuda para poder entender y acompañar a su hijo.
Al principio, nos cuenta que entró en una fase de caos emocional y de rabia: «sentía que era culpa mía que mi hijo estuviera así; y estaba también enfadada con él, nos peleábamos continuamente, porque no se tomaba la medicación, porque no podía trabajar ni estudiar, pero tenía que estructurar su día a día…». Hasta que vio que todo era demasiado grande para ella, que necesitaba ayuda para poder gestionar la situación. «El cuidador necesita a alguien que le cuide, necesita información y herramientas para poder entender y sobrellevarlo todo», aconseja al resto de familias que se puedan encontrar en esta situación.
Me daba mucho miedo el rechazo social, que nadie aceptara a mi hijo, que no encontrara un trabajo, que se quedara solo.
Y al final de este «viajazo» llegó el cambio: «Hay que hacer todo un trabajo interior de soltar las expectativas, de no pretender que tu hijo se recupere y se ponga bien ya. No puedes forzar a una persona a que colabore, a que haga lo que crees que debe hacer. Ahora entiendo y acepto a mi hijo como es y puedo entrar con más amor y compasión; ahora nos escuchamos más el uno al otro, y desde ese lugar hemos podido ir haciendo muchos pasos».
Hablar de psicosis para entender
Cuando Sonia habla de los miedos que la invadieron cuando vio que su hijo tenía un trastorno de salud mental, destaca el de no recuperarlo nunca más y el de que se hiciera daño o incluso llegara a quitarse la vida en los momentos en los que estaba más deprimido. Pero entre sus temores más profundos estaba el del rechazo social, «pensar que nadie lo aceptaría, que no encontraría un trabajo, que estaría solo».
Hablar sobre lo que ha vivido es para ella una manera de «normalizar y humanizar a las personas que tienen psicosis, personas con una historia detrás, con un dolor…», y de esta manera, quizás, alejarnos de temores y prejuicios. Sonia vivió con un silencio absoluto el trastorno de su hermano, pero ha decidido que con su hijo no será así.
Teléfono de la Esperanza 93 414 48 48
Si sufres de soledad o pasas por un momento dífícil, llámanos.

Sonia Herrero es terapeuta, escritora y conferenciante, pero también es una madre que ha buscado y encontrado la manera de poder acompañar a su hijo en todo un proceso de salud mental, complicado y doloroso. Y ha decidido compartir todo lo aprendido a través del libro Cuando nos volvimos locos. «Cuando empecé a poner por escrito mi historia y por lo que había pasado acompañando a mi hijo, me di cuenta de todo lo que tendría que haber sabido, pero que nadie me contó. Por eso escribo», asegura. Toda una declaración de intenciones que comparte con nosotros en esta conversación.
Hablamos con ella de su papel como madre de un hijo con psicosis, de la necesidad de tener información y herramientas para sobrellevar la situación y ayudar a la persona afectada, de miedos, de culpabilidad y de responsabilidad.