El 'Derecho a sentir' de las mujeres con problemas de salud mental

Siete mujeres comparten sus vivencias y reflexiones sobre la discriminación y el estigma que sufren por el hecho de ser mujer y tener un trastorno de salud mental. Rosa, Mercè, Mari, Victòria, María, Marina y Lourdes son las protagonistas del documental Dret a sentir (Derecho a sentir), que la Federació Salut Mental Catalunya ha producido en el marco de su programa Mujer y salud mental.  

Sus testimonios nos acercan a la realidad que viven las mujeres con problemáticas de salud mental en relación con sus derechos sexuales y reproductivos, a menudo vulnerados, la maternidad, la atención que reciben por parte de los servicios sanitarios y algunas violencias que sufren. Pero también habla de la sororidad, de compartir, de crear espacios de empoderamiento, apoyo y recuperación, algunos de los objetivos principales de este programa que incorpora la perspectiva de género para hablar y atender la salud mental.

Las protagonistas del documental han vivido experiencias parecidas con la maternidad, con una coerción a la hora de decidir libremente ser madres, tanto por parte de los profesionales como por parte del entorno. Y en sus testimonios aparecen reflexiones importantes sobre la poca libertad para decidir, a pesar de ser personas adultas, las presiones que reciben, que incluso les hacen replantearse su decisión, el cuestionamiento de los demás sobre si podrán ser buenas madres y lo que significa para algunas de ellas «tener que pedir permiso» para poder tener un hijo o una hija. 

El video también aborda la importancia del ejercicio libre de la sexualidad y el papel que a menudo tienen los servicios sanitarios a la hora de facilitar los derechos sexuales y reproductivos. En este sentido, algunas de las voces denuncian los efectos secundarios que tiene la medicación y la poca preparación de algunos profesionales para tratar con mujeres que tienen problemáticas más allá de la salud mental, como por ejemplo abusos o precariedad laboral y social.

Sus voces son sobrecogedoras y nos acercan a una realidad poco visible. Iniciativas como esta, pues, son muy necesarias para incorporar la perspectiva de género en el modelo de atención en salud mental y para denunciar las desigualdades y discriminaciones que sufren las mujeres. María, una de las protagonistas, lo resume de este modo: «Estás intentando hacer un agujero para salir del círculo; pero ayudadme a hacer el agujero, no me lo tapiéis, que ya me cuesta bastante!».