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El trabajo, un espacio clave para la promoción de la salud mental

El bienestar emocional en el ámbito laboral es una responsabilidad compartida
Dra. Beatríz Olaya Guzmán

Dra. Beatriz Olaya Guzmán

Doctora en Psicología e investigadora. Coordinadora del proyecto EMPOWER
Institut de Recerca Sant Joan de Déu
Salud laboral

El trabajo es uno de los espacios relacionales y de desarrollo clave de las personas. Es parte de nuestro proyecto de vida, de nuestras aspiraciones profesionales y donde pasamos una cantidad nada despreciable de horas intentando desempeñar diferentes tareas dentro de organizaciones que pueden ser más o menos complejas.

Para la Organización Mundial de la Salud (OMS) todas las personas trabajadoras tienen derecho a un entorno laboral seguro y sano. El trabajo decente apoya la buena salud mental y proporciona:

  • Un medio de vida.
  • Un sentido de confianza, propósito y logro.
  • Una oportunidad para las relaciones positivas y la inclusión en una comunidad
  • Una base para establecer rutinas estructuradas, entre muchos otros beneficios.

En el caso de personas con algún trastorno de salud mental, un trabajo digno puede tener un papel clave en su recuperación y en la inclusión, mejorando su autoestima y participación en la sociedad.

Así pues, estamos hablando de un derecho, el de tener un trabajo seguro y saludable. El bienestar emocional de las personas en el trabajo es una responsabilidad compartida a todos los niveles: administrativo, legal, organizacional, educacional y de cada una de las personas que se interrelaciona con los demás en un entorno laboral. Conocer cuáles son los riesgos que ponen en peligro el bienestar emocional de las personas es un derecho y una obligación para poder construir entornos laborables saludables.

¿Qué hace a una organización saludable?

Hay ciertos elementos que caracterizan a los ambientes laborales saludables, según se apunta en el proyecto EMPOWER:

Fomentan la cultura positiva en el lugar de trabajo

Espacios en los que las personas se sienten bien yendo a trabajar y en los que se fomenta el desarrollo, el compañerismo y las estrategias destinadas a crear una cultura organizacional positiva:

  • Mantener el entusiasmo por los proyectos
  • Cuidar de las personas - Empatía con las necesidades personales
  • Liderazgo positivo, con líderes que den ejemplo de compromiso, productividad y responsabilidad.
  • Promover un estilo de vida saludable en la que no se cargue a las personas trabajadoras de horas extras.
  • Confianza en las personas empleadas y sus capacidades.
  • Con canales de comunicación abiertos y eficaces.
  • Con capacidad de detectar problemas.

Gestionan de forma eficaz del estrés

Los y las responsables de las organizaciones deben saber gestionar de forma eficaz los aspectos que pueden conllevar la aparición de estrés, ansiedad o depresión en los y las trabajadores/as y que están relacionadas con los procesos, la organización o las cargas de trabajo, entre otros.
 

Dan apoyo a las personas que tiene algún problema de salud mental

Ayudar a las personas empleadas a permanecer en el trabajo o a volver a trabajar tiene claros beneficios, tanto para la persona como para la empresa.

Tolerancia cero ante la discriminación

Además de ser un requisito legal, proteger a las personas trabajadoras de la discriminación fomenta que haya una plantilla de trabajadores diversa y garantiza que todo el mundo tenga una oportunidad justa.

¿Qué es la salud mental en el trabajo?

La salud mental no es un estado fijo o estático, sino que es un estado que tiene dos extremos entre los que nos podemos mover en diferentes momentos de la vida. Según la OMS, «La salud mental es un estado de bienestar en el que la persona realiza sus capacidades y es capaz de hacer frente al estrés normal de la vida, de trabajar de forma productiva y de contribuir a su comunidad».

Cuando hablamos de salud mental en el lugar de trabajo, se trata del efecto positivo o negativo que tiene nuestro entorno laboral en nuestro bienestar emocional, así como el impacto que nuestra salud mental pueda tener en nuestra capacidad para realizar nuestro trabajo de manera eficiente.

La mirada es siempre poliédrica porque el trabajo es un factor protector de la salud mental, pero también puede agravarla si se presentan condiciones adversas que hacen mella en nuestro bienestar. En otros casos, hay que contemplar que hay personas con malestar emocional o problemas de salud mental que no están relacionados con un trabajo pero que puede afectar a su rendimiento laboral.

En cualquier caso, los lugares de trabajo pueden ejercer un papel clave proporcionando espacios seguros, de apoyo, de flexibilidad y posibilidad que permita a las personas desarrollarse, sentirse cómodas y donde encuentren apoyo cuando se necesita.

Riesgos psicosociales

Los riesgos psicosociales en el lugar de trabajo

Por otro lado, no podemos perder de vista que más de la mitad de la fuerza laboral mundial trabaja en la economía informal, según la OMS, es decir, aquellos empleos o actividades económicas que están fuera de economía regulada y del sistema tributario. La economía informal proporciona acceso a empleo a personas que no gozan de seguridad laboral y social, siendo muchas veces un espacio de adquisición de habilidades que luego permitan acceso a la economía formal. Se trata, en cualquier caso, de trabajos con precariedad salarial, con un índice de discriminación alto en detrimento de las mujeres (puestos más precarios y peor pagados) y con una serie de componentes que fomentan su crecimiento, como son los procesos migratorios o el contexto económico-legal y educativo. Además, se trata de espacios de trabajo en los que no es posible regular estrategias que fomenten ese bienestar emocional.

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Promover la buena salud mental en el trabajo es rentable y ético

Los problemas de salud mental, especialmente la depresión y la ansiedad, serán la principal causa de discapacidad en el mundo en 2030, según estimó la OMS el 2018, sin importar niveles socio-económicos, países, creencias o culturas. Los problemas de salud mental tienen un impacto económico directo.

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) publicó un informe en el que cifraba los costes de la depresión laboral en un total de 617.000 millones de euros anuales en Europa.  En España la atención sanitaria y el tratamiento de trastornos mentales y de comportamiento que tienen su origen en el trabajo tuvo un coste estimado entre 150 y 372 millones de euros en 2010. Además, el informe indica que un total de 2,78 millones de días laborales se perdieron como consecuencia de trastornos mentales derivados del empleo, lo que ocasionó unas pérdidas de 170 millones de euros en nuestro país, principalmente debido a presentismo y absentismo.

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Cuidar la salud mental en el trabajo

Cuidar la salud mental de las personas trabajadoras tiene un beneficio mutuo, para la propia persona y para la organización. Hay numerosos motivos por los que las organizaciones deben comprometerse con la salud mental y el bienestar:

  • La Declaración de Seúl (28) de la Oficina Internacional del Trabajo (OIT) y sus asociados defiende que la salud y la seguridad son un derecho humano fundamental.
  • La legislación sobre salud y seguridad prevé la obligación de evitar daños para la salud mental generados por motivos laborales.
  • La legislación en materia de igualdad recoge la obligación de garantizar que las personas con problemas de salud mental no sean objeto de discriminación en ámbitos como la contratación, la promoción o el acceso a la formación.
  • Es una cuestión de ética y de cultura de la organización. Tal y como se explica en la guía de la Unión Europea: Promover la salud mental en el puesto de trabajo, «mantenerse activo en este ámbito ayuda a cumplir el contrato social que mantienen los empleadores con sus empleados y con la sociedad en su conjunto y también ayuda a mantener una buena imagen pública para el empleador. Además, muchos empleadores consideran que las buenas prácticas en materia de salud mental en el lugar de trabajo les ayudan a cumplir sus obligaciones en lo relativo a la responsabilidad social de las empresas, especialmente cuando las prácticas de los empleadores van más allá de los requisitos legislativos».